Hay bodas que por su estilo y entorno, adquieren un aire único y lleno de encanto. Este es el caso de la boda de Carol y Kike, celebrada en la Finca de Biniagual (Binissalem). Con una decoración que recordaba a la de los bosques de hadas, con esferas de cristal flotando sobre las mesas, permitió un juego de ambientes que dejó impresionados a todos los asistentes e incluso a los propios novios.
En las mesas se podían encontrar vasos y copas de colores vivos y originales formas, que contrastaban con los colores suaves de la mantelería. Todo rodeado de plantas, flores y enredaderas que ofrecían una inmejorable sensación de frescor y bienestar. También había velas suspendidas en el aire, que daban un toque mágico a la ambientación.
Una vez más, nuestro servicio de catering se desplazó hasta el lugar dónde se celebraba la boda para ofrecer una propuesta gastronómica personalizada, llena de sabor y elaborada in situ. Una divertida huevería, en forma de paradita de madera, ponía a disposición de todos los invitados tortillas caseras servidas en pequeños cuencos, en una propuesta de lo más original y atrevida.
La Finca de Biniagual, dónde se celebró la boda, es también una de las bodegas más destacadas de la isla. En el año 1999, reanudó la tradición vinícola, sembrando sus primeras viñas después de años de inactividad, y desde 2002, vuelve a elaborar vino. Un vino que es reconocido y valorado, de una calidad suprema.
Sin duda, tanto por la finca como por la calidad de nuestro menú, este día se convirtió en el día más especial de la vida de los recién casados. Un día que seguro que recordarán siempre como algo perfecto, con estilo y lleno de felicidad.
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La boda que siempre habíamos soñado y con el mejor equipo de profesionales. Todo excelente y para recordar siempre. Gracias a todos por todo. Un fuerte abrazo y hasta pronto. Carol y Kike
Gracias a vosotros por confiar en Catering Marc Fosh